Salgo al exterior de mi casa. Campo, que no jardín, donde disfruto un rato. Y aún no han caído todas las hojas de los árboles.
Unas pocas hojas valientes resisten a caer de los árboles. Las demás parecen mirarlas mal y decirles que cejen en su empeño, que tarde o temprano caerán y morirán.
Hojas idealistas que aunque intuyen su final resisten. ¿Inútil? Puede, pero yo creo que no hay que dejarse caer. Mientras el viento las empuja hasta formar curiosas formas.
Mi gato Bertolucci que es más de campo que un arado, se pasa el día entre la maleza y las hojas.
Aunque llueva, truene o nieve, el tiene que pasar unas cuantas horas en el campo. Quizás para ver a otros bichos de los que se ha hecho amigo, como una ardilla, pájaros y 3 ratones con los que juega a diario.
2 respuestas
En esta vida hay que ser idealista y no dejar nunca de luchar!
Me gusta mucho tu gato (ALF: Willy quieroooo gatoooo)
La antepenúltima, la primera de Betolucci, es la que más me gusta, con ese bokeh encima de la cabeza, que estará pensando
no es un gato, es un pero travestido de gato